La literatura mexicana tiene una larga tradición de obras que capturan la esencia de su cultura, historia y emociones. Como agua para chocolate (1989), de Laura Esquivel, es una de esas joyas literarias que no solo se convirtió en un clásico instantáneo, sino que también trascendió fronteras al explorar temas universales como el amor, la familia y la lucha por la libertad personal.