El cine es el mejor instrumento para expresar el mundo de los sueños,
Luis Buñuel
de las emociones, del instinto.
La película El cartero de Neruda es una film italiano de año de 1994 dirigida por Michael Radford y protagonizada por Philippe Noiret, Massimo Troisi y Maria Grazia Cucinotta.
La película El cartero de Neruda fue muy celebrada por la crítica siendo galardonada con más de 25 premios internacionales, incluyendo el Premio David di Donatello al mejor montaje (1994), Premios BAFTA a la mejor película de habla no inglesa, mejor dirección y mejor música (1995), Premio Cóndor de Plata a la mejor película extranjera y un Premio Oscar a la mejor banda sonora.
Los hechos de El cartero de Neruda cambian su escenario chileno y se traslada la acción a la Isla Salina en Italia durante los años 50, aprovechando el paso histórico del poeta Neruda por el lugar.
En El cartero de Neruda de forma mágica se funde la poesía con el cine, y viceversa gracias a la inclinación de Skármeta por elaborar historias que puedan moldearse a diferentes formatos, dicha facilidad es conocida como el trasvase. La pieza fílmica logra mantener de principio a fin la atención del espectador debido a que logra recoger los tres elementos de la poética de autor mencionados anteriormente.
Detengámonos un poco en la noción de juventud, cuando vemos en la película a Mario Ruoppolo, este no concuerda con la edad del personaje de la novela de Skármeta, vemos que el Mario de la pantalla grande es un hombre veterano, y pareciera que este detalle desmotara la idea de juventud, que al ser un hombre mayor Ruoppolo se perdiera el horizonte de la historia de formación, pero no es así. El personaje de Mario, conserva la esencia de rebeldía del personaje literario: no le gusta el oficio de la pesca, quiere vivir, conocer el mundo y sufre la misma emoción frente a la figura del poeta. Además, nos evidencia una total inocencia frente a los asuntos sentimentales, su intenso de deseo por explorar el cuerpo y nos proyecta la timidez de quien no ha vivido. Mientras pasan las imágenes pomposas de paisajes idílicos, se nos muestra este Mario lanzado que a toda costa quiere conquistar a Beatriz sin importa que para conseguirlo deba cuestionar a Neruda.
Mario Ruoppolo, nos sigue representando al hombre que debe madurar en vista de sus nueva condición de padre y esposo; el hombre que aunque como poeta fracase, pues no escribe ningún texto de reconocimiento, sin duda se evidencia con fuerza que la poesía a hecho metástasis en su ser, tanto que es por esta razón de forma directa encuentra la muerte. Un aspecto que nos revela más este aliento de juventud en Mario, es el especial cariño que Neruda le profesa, casi paternal, que lo lleva a recrear los últimos momentos de Mario y su angustia.
La poesía no puede faltar, pero esta sufre su transformación. En el film, las frases poéticas están presentes con la misma musicalidad que en el libro, pero siguiendo el camino trazado por Alejandro López en su texto “El guión: palabra de película”, podemos encontrar la trasformación de la metáfora. En el texto, López, toma el ejemplo para mostrar la metáfora fílmica la escena de Mario Ruoppolo cuando está en su cuarto mirando la luna, sosteniendo la bola de futbolín con que Beatriz le hizo los innumerables goles y la cual ella sostuvo en sus labios. López, nos dice que por efecto de la metonimia, la bola de futbolín representa a Beatriz, y a su vez la bola representa a luna, pues tienen la misma blancura y redondez. Así pues, Beatriz queda representa como la luna misma, simbolizando luz en la vida de Mario.
Traigo el ejemplo anterior para mostrar otra potente metáfora desarrollada en la película. Al partir Neruda de regreso a Chile, pasan meses sin que Mario Ruoppolo tenga noticias de su amigo.
Al recibir Ruoppolo una carta escueta enviada por la secretaria del poeta donde le piden el envío de unos documentos de la casa de la isla, Mario, entra en una depresión porque esperaba más en el misiva, pero el personaje llega a la conclusión que nada ha hecho para merecer la dadivas del poeta y emprende su misión: rendir un homenaje al poeta ¿Pero cómo hacerlo, si él no escribe? ¿Cómo rendir un homenaje, si los versos no le salen? por el mismo efecto metonímico la radio que está en la casa de Neruda, después de unos ajustes hechos por don Cosme pasa a ser la pluma, que recoge los sonidos que Mario no puede plasmar en letras.
Así pues, el recorrido por la isla recogiendo los distintos sonidos pasan a simbolizan los versos del poema de Mario. No queda más que decir que las escenas donde Mario recoge los sonidos intentan mostrar la dificultad que tiene la creación poética.
Vemos en la película cómo el humor de nuevo brilla para quitar el gris de la tristeza. El film nos presenta escenas que roban carcajadas en los diálogos de doña Rosa o en la misma actitud de Mario cuando habla con Neruda y le lleva la contraria sin proponérselo.